El Motel (Figueres)

Otra pequeña excursión al Emporda. En esta ocasión para visitar un mítico establecimiento como el Motel Empordà, un hotel de carretera situado en la antigua N-II a las afueras de Figueres. Desde que abrieron las puertas en 1961 -actualmente se encuentran en la celebración de su 50 aniversario-, se ha caracterizado por ser un lugar de buen comer. El gran artífice del Motel fue Josep Mercader, el hombre que hizo comestibles las espinas de las anchoas, y para muchos, el precursor de la cocina catalana contemporánea. En el 1979, Josep tuvo una muerte prematura a los 53 a causa de un ataque al corazón. Es a partir de ese momento que coge las riendas del Motel Jaume Subirós, el yerno de Josep, que aplicando una linea de continuidad ha seguido manteniendo el buen nivel gastronómico hasta la actualidad. La verdad es que 50 años dan para muchas historias y anécdotas, así que todos los interesados en la antropología gastronómica no dudéis en buscar información por internet, o mejor aún, conseguir el libro “Histories del Motel” de Miquel Berga. El libro contiene la historia de sus personajes, anécdotas, reflexiones y 50 recetas de platos míticos del Motel.
Fue gracias a un pack gastronómico de “La vida es bella” -una especie de “Smartbox“-, que me regalaron mis padres, que tuve la oportunidad de visitar este establecimiento. Unas placas en la entrada de diferentes entidades de otros países, muestran el reconocimiento internacional del lugar. El Hall tiene un cierto aire demodé, y el personal, sospecho que ya llevan muchos años de servicio, todo ello le da cierto encanto. La sala del restaurante es muy luminosa, cómoda y funcional. Mientras me acompañan hasta la mesa puedo ver el carro de quesos de oferta abundante y donde destaca un majestuoso Shilton. Un carro de quesos como este sólo puede decir una cosa. Aquí se come bien!
motel emporda gastrofilia
Surtido de panes correctos, creo los elaboran en el propio restaurante.
Como ocurre con todos los packs gastronómicos, el menú es cerrado, así que sólo tengo que elegir  vino. Pido consejo para un vino blanco de la zona y finalmente pedimos un Blanc de Gresa 2010 (D.O. Emporda) que me gusto mucho.

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Como aperitivo nos traen un correcto Crujiente de sobrasada con miel.

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Refrescante el Bacalao, en milhojas, “esqueixada” y crujiente de verduras. Una base de judias de gran tamaño, otra capa con las hortalizas, tomate, pimiento, cebolla, olivas (de Kalamata, creo), una tercera capa de bacalao y coronado por las verduras crujientes, aportando textura y un toque de modernidad al plato. Muy bien.

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Potencia gustativa con los Macarrones, Ceps (Boletus), perfume de trufa blanca y Pecorino. Pasta a la catalana, algo más cocida que la habitual hoy en día, Al dente. Para mojar pan.

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Seguimos con el Rape de costa, Citricos y espaguetis japoneses. Un salsa de citricos donde predominava el pomelo, toque exotico de los espaguetis.

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Paleron de buey a la bresa de verduras en cocotte, cebolla confitada y quinoa. Seguimos con otro toque exotico, esta vez con la quinoa. Tiernisima la pieza de buey y la salsa oscura era para rebañar con pan.

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Sorbete de menta fresca, refrescante e intenso.

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Como postre unas contundentes Frambuesas gratinadas y sabayon de garnacha
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Como petit Fours, no me acuerdo mucho per creo que era una Mousse de frutos rojos, Financiers con piñones y Trufas.

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Cuenta para dos, las bebidas no entraban en el pack.
Un servicio atento y profesional redondearon la buena experiencia. Hay que volver a por ese carro de quesos y en temporada de caza.


Hotel Empordà
Avda. Salvador Dalí i Domènech, 170
Telf: 972 500 562
http://hotelemporda.com/